La Atención Centrada en la Persona: un paradigma necesario en el Servicio de Atención a Domicilio


La Atención Centrada en la Persona es un modelo que se caracteriza principalmente por poner a las personas en el centro de todo el proceso de atención, teniendo en cuenta y respetando sus necesidades, deseos y valores. En el marco de un Servicio de Atención a Domicilio (SAD), este enfoque busca transformar la manera en que se ofrece apoyo a personas con problemas de salud, con discapacidad y/o en situación de dependencia, garantizando que sean las propias personas quienes tomen las decisiones sobre su propia vida.
Tradicionalmente, los modelos de atención a personas con necesidad de apoyo se basaban en una intervención generalista y estandarizada, donde los usuarios eran vistos como sujetos pasivos y los servicios de cuidado se diseñaban desde una visión externa y despersonalizada. En este tipo de enfoque, las personas tenían una participación mínima o inexistente en la toma de decisiones, y su voz quedaba habitualmente eclipsada por la perspectiva de los profesionales.

El modelo de Atención Centrada en la Persona rompe con este paradigma, situando a la persona como protagonista de su propio proceso de atención. En este sentido, destaca la figura del gestor o gestora de casos, que es el/la profesional que se encarga de acompañar a la persona en la elaboración y consecución de los objetivos de la atención y apoyo, de acuerdo con su proyecto vital. A través de esta figura, se crea una relación de confianza y colaboración entre el/la profesional y la persona atendida, lo que facilita la personalización de los apoyos en base a la manera de ser y las voluntades de la persona.

Este modelo aporta múltiples beneficios en el contexto del Servicio de Atención a Domicilio. En primer lugar, mejora la calidad de vida de las personas atendidas, ya que se tienen en cuenta sus necesidades específicas y preferencias, lo que contribuye a un mayor bienestar general. Además, promueve su autonomía y autodeterminación, permitiendo que las personas mantengan su independencia y tomen decisiones que afectan su día a día. También facilita una relación más estrecha con los profesionales, creando un vínculo más humano y cercano. Por último, este modelo permite una mejor adaptación del apoyo a las necesidades cambiantes de la persona, ya que los servicios se pueden ajustar de manera dinámica y flexible, evitando soluciones rígidas y estáticas.

En el Servicio de Atención a Domicilio de ASPID, trabajamos desde esta óptica, para garantizar que las personas atendidas sean quienes tengan el timón de su propia vida y determinen cómo quieren ser acompañadas. Entendemos la función de los/las profesionales como facilitadores de este proceso de autodeterminación, acompañando a la persona en la acción de expresar sus preferencias y ponerlas en práctica, articulando los servicios y recursos necesarios en cada caso. Así, el acompañamiento que ofrecemos no solo tiene en cuenta las necesidades físicas, sino también las emocionales y sociales, promoviendo un ambiente donde la persona se sienta respetada y valorada, asegurando que el proceso de atención se personalice al máximo para garantizar una calidad de vida óptima.

Patrícia Buedo Bonet
Trabajadora social. Nº. Col. 8557
Responsable de Prog. de Atención Domiciliaria y/o Asistencia Personal
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